martes, 20 de septiembre de 2016

Pureza





Yo quiero mantenerme inocente como la risa de un niño. Entregarme al sueño sin temer que mi mundo se desmorone al despertar. Ofrecerte mi mano con confianza y regalarte mi corazón para fortalecerte y desterrar tus miedos.

El pasado ya se fue con sus desvelos y el futuro resulta incierto. No temas y descubre cada instante del presente: la lluvia en tu rostro, la calidez del fuego en tus manos, la tierra manchando tus pies y el aire alborotando tu cabello.

Sumérgete en el Aquí y Ahora y tu mirada no envejecerá. Sé poroso como una firme roca que se mantiene en el transcurrir del tiempo, deja que las vivencias pinten en tu piel dibujos caprichosos. 

Abraza y despide con afecto a aquellos que se crucen en tu camino. Déjate las entrañas en cada reto y muestra pasión ante la inspiración. Confía y camina. Ni los valles escarpados ni las montañas rocosas te detendrán. Haz las paces contigo mismo y perdona tus debilidades.

Al final del camino, habrá merecido la pena.
Deja que otros observen, tú habrás sido protagonista de tu vida.





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