Yo quiero mantenerme inocente como la risa de un niño. Entregarme al sueño sin temer que mi mundo se desmorone al despertar. Ofrecerte mi mano con confianza y regalarte mi corazón para fortalecerte y desterrar tus miedos.
El pasado ya se fue con sus desvelos y el futuro resulta incierto. No temas y descubre cada instante del presente: la lluvia en tu rostro, la calidez del fuego en tus manos, la tierra manchando tus pies y el aire alborotando tu cabello.
Sumérgete en el Aquí y Ahora y tu mirada no envejecerá. Sé poroso como una firme roca que se mantiene en el transcurrir del tiempo, deja que las vivencias pinten en tu piel dibujos caprichosos.
Abraza y despide con afecto a aquellos que se crucen en tu camino. Déjate las entrañas en cada reto y muestra pasión ante la inspiración. Confía y camina. Ni los valles escarpados ni las montañas rocosas te detendrán. Haz las paces contigo mismo y perdona tus debilidades.
Al final del camino, habrá merecido la pena.
Deja que otros observen, tú habrás sido protagonista de tu vida.
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