En el jardín, la hierba es un tapiz verdoso cosido de retazos de sueños y
nuestras risas juegan a esconderse tras los troncos de los árboles.
Eres bienvenido pero deja tu furia al otro lado del muro,
siempre puedes elegir no entrar.
Venimos como hermanas a trenzarnos el pelo y olvidar el dolor.
Si eres un lamento no te abriremos la puerta,
si eres un reproche no podrás entrar.
En el jardín del olvido celebramos nuestra suerte de
comer, beber y amar.
Los rayos de sol nos acarician el pelo y no sabemos qué hora es.
Cuando anochezca nos cobijaremos bajo las estrellas
y en nuestro pecho dormirá la calma,
mientras los relojes permanecen enterrados bajo tierra.